Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://izaakkwma832403.blogacep.com/44031291/la-explicación-oficial-del-cabezazo-de-zidane